Los árboles del Putumayo recibieron muchos golpes, pero cuando una planta se sacude deja caer sus semillas, y las de La Chorrera llegaron lejos, a nuevos tiempos y territorios donde retoñan, crecen, resisten y se fortalecen. En este último capítulo las naciones Amazónicas del Putumayo nos enseñan cómo sanar el pensamiento, transformar el dolor en esperanza y relacionarnos con el corazón dulce con el pasado para así cambiar nuestro futuro.