Sección del programa de Rpa "La radio es mía" que demuestra que la modernidad es algo que viene de antiguo. Emisión del 27/12/2021, undécima de la séptima temporada y segunda dedicada al pionero de la ópera romántica, el cantante y compositor sevillano Manuel del Pópolo Vicente García y a la saga artístico familiar que fundó y dominó el bel canto durante todo el siglo XIX.
Abordar la historia del clan de los García en Modernos de otros tiempos va a ser cuestión de años. El lunes pasado comenzamos con la historia del patriarca, el tenor, compositor, pedagogo y promotor de la ópera Manuel del Pópolo Vicente García, enterrador del antiguo régimen en el teatro lírico, transformador del corral de comedias en teatro a la italiana y de la fiesta barroca en moral ilustrada. Nacido en Sevilla en 1775, una ciudad donde la iglesia había conseguido que el teatro estuviera prohibido «para proteger la salud espiritual del pueblo», García se empeñó en crear la ópera española. No podía ser de otra manera y en 1807 tuvo que ir a hacerlo al extranjero y nunca más volvió. Castizo al tiempo que cosmopolita, protagonizó una vida errante plena de aventuras, éxitos y fracasos. En Francia personalizó al héroe romántico, para lo que no dudó en falsificar su biografía. Popularizó boleros, tiranas y tonadillas que hizo convivir con su dominio del lenguaje mozartiano y su conocimiento de la ópera francesa, y creó el mito de la España exótica de trabuco y castañuelas que décadas después cristalizaría en la Carmen de Bizet. Triunfó como compositor, no sólo como cantante, «el primer tenor de todas las Españas».. En Nápoles, bien superada la treintena, aprendió toda la tradición del bel canto italiano de Giovanni Ansani y añadió a su dominio del canto natural, a su instinto dramático y a su innata musicalidad una técnica impoluta que llevó su voz a alcanzar su máximo potencial. Se hizo amigo de Rossini, estrenó su Barbero de Sevilla en Roma (que, por cierto, fue un fracaso morrocotudo) y llevó sus óperas a Francia, a Inglaterra y, pies para que os quiero, también a América. De su mano y en su voz se vió por vez primera una representación profesional de ópera en Estados Unidos y en México.
Además de sus méritos artísticos, están los familiares. María, La Malibrán, y Pauline, La Viardot, hijas de su segundo matrimonio fueron dos de las más afamadas cantantes de su tiempo. La Malibrán, «esa niña mimada por la naturaleza» decía Rossini, se convirtió en un mito; la Viardot, que combinó el canto con el piano y la composición, fue una de las personalidades más influyentes de la cultura europea de su tiempo. El hijo mayor, Manuel Patricio García, fue barítono, inventó el laringoscopio y fue el más celebrado maestro de canto de su siglo.