La herida de humillación crea la máscara del masoquita, el escudo protector que utilizamos,para no entrar en contacto con el profundo dolor que sentimos. Y en la mayoría de los casos es de las heridas más difíciles de reconocer.
"Yo me entiendo a mí mismo, porque sólo yo viví y experimenté mi historia; porque me conozco, sé quién soy, lo que siento, lo que hago y por qué lo hago."