María, compañera y colaboradora permanente de Cristo en toda la obra redentora.
El padre J. Kentenich nunca vio a María separada de Cristo. Su ser está unido en una insondable comunidad de vida, amor, destino, sufrimiento y fecundidad con Jesús su Hijo.
María, compañera y colaboradora permanente de Cristo en toda la obra redentora.
El padre J. Kentenich nunca vio a María separada de Cristo. Su ser está unido en una insondable comunidad de vida, amor, destino, sufrimiento y fecundidad con Jesús su Hijo.