Estamos llamados a anunciar la Palabra revelada de Dios que brota desde la experiencia cotidiana con su Evangelio. Anunciar lo de Dios está por encima de nuestro propio querer e interés. Lucas nos invita a tomar conciencia de que su anuncio lo puede predicar todo ser humano que ha sentido su llamado. ¡Señor, que podamos estar atentos como Marta y María para acoger tu llamado y hacer la mejor parte, que es tu voluntad!