El dolor es una experiencia compleja que afecta tanto al cuerpo como a la mente. Es una señal de alerta que nos avisa de que algo no está bien, ya sea por una lesión, enfermedad o daño en los tejidos. Los receptores de dolor, conocidos como nociceptores, envían señales al cerebro, que las interpreta como una sensación de malestar o sufrimiento. Sin embargo, el dolor no es solo físico; también puede tener un componente emocional y psicológico, lo que lo hace aún más difícil de manejar. Existen diferentes tipos de dolor, como agudo, crónico, neuropático y somático, y cada uno requiere un enfoque específico para su tratamiento.