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Palabra de Dios: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” Isaías 9:6-7
Perlas: Y se llamará Su nombre…Príncipe de Paz. En este mundo vivimos en medio de una guerra espiritual permanente, la guerra entre la luz y las tinieblas, entre el bien y el mal, entre el reino de la luz y el reino de la tinieblas, pero, por causa de la obra de Jesús en la cruz, tú y yo podemos tener paz. Paz con Dios, paz con nosotros mismos y paz con los demás. A través de nuestra fe en Jesús, tenemos acceso a una vida gobernada por Su paz, aún en medio de tormentas, pruebas y dificultades. La paz que Cristo conquistó para nosotros no es algo temporal o circunstancial (como la que el mundo ofrece), sino que es eterna y más que suficiente para calmar incluso las peores guerras, las cuales ocurren en nuestra mente. “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Juan 14:27La paz que Dios nos ofrece no fue gratis ni fácil. Alguien pagó por ella. Hubo Alguien que recibió el castigo por nuestra paz, Alguien que pagó el precio más alto, y ese Alguien fue Jesús.“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” Isaías 53:5En medio de todo lo que está ocurriendo en tu vida, en tu familia, en tu comunidad y en tu país, recuerda que tienes acceso libre al trono de la gracia, donde puedes hallar misericordia y gracia para el oportuno socorro. Recuerda también que aunque no haya paz a tu alrededor, ni en tus circunstancias, o tal vez ni en tu casa…tú puedes estar en paz. El Príncipe de Paz está en ti, contigo, está por ti y para ti. Recibe la paz que Él compró para ti.
Oración: Levanta tus manos hacia el cielo, abre tu corazón y abre tu boca diciéndole: Señor Jesús, gracias por pagar el castigo por mi paz. Hoy recibo de Tu mano el regalo de la paz, esa paz que el mundo no puede darme, esa paz que no se puede entender ni explicar…hoy por fe recibo paz en mi mente, paz en mis emociones, paz en mi cuerpo, en mi sistema nervioso, paz gobernando todo mi ser. Recibo también Tu paz en mi casa y en mi familia. Inunda Jesús cada rincón de mi casa con Tu paz. Inunda mi mente con Tu paz. Que cuando vea los fuertes vientos, pueda yo permanecer en paz, en la seguridad que solo Tú, Príncipe de Paz, puedes darme. Inúndame y séllame con Tu paz, de tal manera que pueda ser usado por Ti como instrumento de paz a donde quiera que yo vaya y en cualesquiera que sean las circunstancias, que Tu paz en mí me gobierne, afecte la atmósfera y toque cada corazón alrededor de mí. Amén.
Reto del día: ¿Cómo se afectarían tus relaciones más significativas si tu estado de ánimo estuviera gobernado por la paz de Dios? ¿Qué tanto cambiaría tu forma de enfrentar las dificultades de la vida si permanecieras en paz? ¿Alguna vez has tenido la experiencia de tener paz aún cuando tu mundo está al revés? Esa es la paz que sobrepasa todo entendimiento…la paz que el Príncipe de Paz conquistó para nosotros en la cruz. Por último, busca y cántale al Señor una hermosa canción que escribió Marcos Brunet. Se llama
Príncipe de Paz.Lee completo este devocional descargando nuestra app: https://urlgeni.us/0MujO
Podcast original de canaanusa.org & Liliana García
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Palabra de Dios: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” Isaías 9:6-7
Perlas: Y se llamará Su nombre…Príncipe de Paz. En este mundo vivimos en medio de una guerra espiritual permanente, la guerra entre la luz y las tinieblas, entre el bien y el mal, entre el reino de la luz y el reino de la tinieblas, pero, por causa de la obra de Jesús en la cruz, tú y yo podemos tener paz. Paz con Dios, paz con nosotros mismos y paz con los demás. A través de nuestra fe en Jesús, tenemos acceso a una vida gobernada por Su paz, aún en medio de tormentas, pruebas y dificultades. La paz que Cristo conquistó para nosotros no es algo temporal o circunstancial (como la que el mundo ofrece), sino que es eterna y más que suficiente para calmar incluso las peores guerras, las cuales ocurren en nuestra mente. “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Juan 14:27La paz que Dios nos ofrece no fue gratis ni fácil. Alguien pagó por ella. Hubo Alguien que recibió el castigo por nuestra paz, Alguien que pagó el precio más alto, y ese Alguien fue Jesús.“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” Isaías 53:5En medio de todo lo que está ocurriendo en tu vida, en tu familia, en tu comunidad y en tu país, recuerda que tienes acceso libre al trono de la gracia, donde puedes hallar misericordia y gracia para el oportuno socorro. Recuerda también que aunque no haya paz a tu alrededor, ni en tus circunstancias, o tal vez ni en tu casa…tú puedes estar en paz. El Príncipe de Paz está en ti, contigo, está por ti y para ti. Recibe la paz que Él compró para ti.
Oración: Levanta tus manos hacia el cielo, abre tu corazón y abre tu boca diciéndole: Señor Jesús, gracias por pagar el castigo por mi paz. Hoy recibo de Tu mano el regalo de la paz, esa paz que el mundo no puede darme, esa paz que no se puede entender ni explicar…hoy por fe recibo paz en mi mente, paz en mis emociones, paz en mi cuerpo, en mi sistema nervioso, paz gobernando todo mi ser. Recibo también Tu paz en mi casa y en mi familia. Inunda Jesús cada rincón de mi casa con Tu paz. Inunda mi mente con Tu paz. Que cuando vea los fuertes vientos, pueda yo permanecer en paz, en la seguridad que solo Tú, Príncipe de Paz, puedes darme. Inúndame y séllame con Tu paz, de tal manera que pueda ser usado por Ti como instrumento de paz a donde quiera que yo vaya y en cualesquiera que sean las circunstancias, que Tu paz en mí me gobierne, afecte la atmósfera y toque cada corazón alrededor de mí. Amén.
Reto del día: ¿Cómo se afectarían tus relaciones más significativas si tu estado de ánimo estuviera gobernado por la paz de Dios? ¿Qué tanto cambiaría tu forma de enfrentar las dificultades de la vida si permanecieras en paz? ¿Alguna vez has tenido la experiencia de tener paz aún cuando tu mundo está al revés? Esa es la paz que sobrepasa todo entendimiento…la paz que el Príncipe de Paz conquistó para nosotros en la cruz. Por último, busca y cántale al Señor una hermosa canción que escribió Marcos Brunet. Se llama
Príncipe de Paz.Lee completo este devocional descargando nuestra app: https://urlgeni.us/0MujO
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