En el contexto colombiano, en la década de 1970, algunas universidades otorgaron a quienes culminaba sus estudios de pre-grado en derecho el título de "doctor en derecho” con el lleno de algunos requisitos normativos, posteriormente estos títulos fueron suprimidos, pero la designación de “doctor” continúo y terminó extendiéndose a otras profesiones como administradores, economistas, arquitectos, ingenieros, contadores y muchos más, y a otras actividades como, políticos, empleados del estado, personas que ejercen cargos superiores o de poder dentro de una organización o sencillamente personas de buena apariencia personal o expresión verbal o que denotan pertenecer a una clase social superior sin tener siquiera un título profesional universitario en algún conocimiento.
Con el tiempo, la mayoría seremos “doctores” sin hacer ningún doctorado, el uso de la expresión ha aumentado de tal forma y sin ningún control, que en un futuro en Colombia, no será necesario un posgrado básico o un título profesional, o tecnólogo u otro para ser “doctor”, bastará solo la imposición al subordinado y la repetición de la expresión lingüística dentro de la comunidad.