Las tareas de los productores son muy necesarias en el mundo musical. Podríamos decir que sin ellos nos habríamos perdido a un buen puñado de grandes músicos.
En la industria disco el papel del productor juega varios roles entre los que figuran el control de las distintas sesiones de grabación, la construcción de los distintos proyectos que ayuden a dar a conocer un álbum o singles, elegir los temas que compondrán el disco, supervisar las grabaciones, mezcla y masterización, así como la instrucción y guía de los músicos. Podría decirse que un productor es un director de grabaciones musicales.
Ocurre en muchos casos, que el propio productor ejerce de compositor o músico, dado que gracias a sus conocimientos y experiencia, es él quien mejor conoce todo el proceso, pudiendo añadir o restar arreglos a la obra original compuesta por el artista.
¿Tendrían, hoy, la misma importancia las canciones de Michael Jackson sin la magistral mano de Quince Jones detrás de ellas o los discos de U2 sin la sutilidad de Brian Eno, el eterno Pet Sounds de los Beach Boys sin la magia de Brian Wilson o la inconfundible maña de Phil Spector cuyo polémico “muro de sonido” impulsó algunas de las piezas más míticas de los años ´60 y ´70. La respuesta es que seguramente no, y por el mismo motivo los Beatles no hubieran sido iguales sin el portentoso George Martin a su lado.
Hoy descubriremos cuál fue la verdadera aportación a la música de George Martin tras formar parte de la banda más famosa y admirada de toddo el proceso pudiendo añadir o restar arreglos a la obra original compuesta por el artista.