Episodio 06

Muchas veces buscamos iglesias “sanas” sin reconocer nuestras propias fallas y sin vivir el llamado a amarnos, servirnos y perdonarnos los unos a los otros. Jesús no busca perfección externa, sino corazones dispuestos a amar con misericordia. La iglesia sana no es la que no tiene errores, sino la que trata las fallas con humildad, verdad y gracia. Reflexionamos sobre cómo nuestras expectativas pueden esconder actitudes farisaicas. Al final, una iglesia verdaderamente sana es la que ama como Cristo ama.