El Señor Jesús ha dicho que solo aquellos a los que Dios hace bienaventurados son la sal de la tierra y la luz del mundo. Y son luz porque tienen al que es la luz, y son llamados a mostrar esa luz por medio de sus buenas obras. Pero para saber cuáles son estas buenas obras, el Señor inicia una nueva sección en su enseñanza para mostrar que estas buenas obras no son otras distintas a la misma ley que Dios ha dado a su pueblo