Lloyd Jones nos dice: “la característica más destacada de todas las personas santas que el mundo ha conocido ha sido que no sólo han dedicado mucho tiempo a la oración en privado, sino que han hallado una gran satisfacción en ello”, esto quiere decir que no es algo estorboso, pesado y aburrido, sino un deleite de gozar comunión con su Señor y Dios