Los discípulos de Juan el Bautista habían estado observando a los discípulos del Señor Jesús. Después de todo algunos de estos últimos habían sido, en un principio, discípulos de Juan, como en los casos de Andrés y Felipe.
Como hemos señalado anteriormente, Juan fue un profeta que surgió de las páginas del Antiguo Testamento y se introdujo en los tiempos del Nuevo Testamento para cumplir lo que el profeta Malaquías había predicho: que vendría un mensajero para preparar el camino al Señor Jesús, anunciando su llegada. Y el Señor vino, tal como Juan había proclamado.
El Señor iba a enunciar un principio importante y a revelar el hecho de que estaba por comenzar un nuevo período de tiempo en el contexto de las relaciones entre Dios y la revelación de Su voluntad, con respecto a los seres humanos.