Las enfermedades son fracturas que nos pueden tumbar y hacernos sentir perdedores. En este último episodio de la temporada 3, nuestro hermano Eloy Baeza, nos comparte un grandísimo testimonio que nos enseña como ser vencedores en el nombre de Jesús.

Las máscaras cubren nuestras heridas, pero en realidad solo nos hacen daño. En este episodio, Diego nos comparte la gran batalla que todos tenemos que luchar para lograr ser personas auténticas de la mano de Dios.

Seguir a Dios no es solo creer en ÉL, sino creerle. En este episodio, Majo nos comparte lo difícil pero necesario que es entregarle a Dios, todo aquello que cobra importancia en nuestro corazón.

Un noviazgo fallido puede llegar a fracturarnos la vida. En este episodio, Kelly y Daniel de ECOS, nos comparten las dificultades que nos podemos encontrar en un noviazgo cuando aún no se han sanado las heridas.

Todos los transtornos alimenticios tienen su origen en una herida no sanada. En este episodio, Valeria nos comparte los orígenes y herramientas para vencer de la mano de Jesús, los transtornos alimenticios como la bulimia y anorexia.

La pornografía te fractura la vida y es una adicción muy difícil de arrancar. En este episodio, Chuy Bravo nos comparte su testimonio y las herramientas específicas para salir de esta lucha silenciosa y personal.

Conocernos a nosotros mismos puede llegar a provocarnos fracturas, pues conlleva cuestionarnos nuestros ideales y convicciones. En este episodio, Paola nos comparte lo difícil pero necesario que es el camino del autoconocimiento para saber hacia donde vamos.

Las muertes y enfermedades nos pueden hacer cuestionar a Dios y preguntarle ¿por qué permitiste esto?. En este episodio, la hermana Sor Selfie nos comparte un testimonio lleno de esperanza, y nos enseña como actuar con el escudo de la fe en las peores adversidades.

El regalo de la sexualidad puede convertirse en una fractura cuando nos salimos del plan original. En este episodio, María Paula nos comparte los orígenes y consecuencias de vivir con deseos sexuales desordenados, pero también, la verdadera solución para vivirlos correctamente.

No hay herida pequeña y muchas veces nos ponemos nuestra máscara de fuertes y de "yo no lloro". En este episodio, Bubu García nos enseña que es necesario dejar de sentirnos machos para poder sanar.