Durante todo este tiempo, después de cada intento fallido, me decía: Gema, no ha podido ser, estas mal, tómate ese tiempo, pero sabes que puede que a la siguiente igual sí.
Esa luz que queremos ver y decirnos que habrá otra oportunidad. ¿Pero y si sientes que los intentos están llegando a su fin? Por desgaste, por posibilidades económicas, por nuestro cuerpo… Sentía que estaba llegando ese momento, el final, y no quería seguir perdiendo el tiempo, así que depositamos todas nuestras últimas esperanzas en otra profesional de la que nos habían hablado ya con anterioridad y decidimos ir a una primera visita con ella. Fue cuando encontramos respuestas.