“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).

“Les estoy escribiendo, padres, porque han conocido al que existe desde el principio. Les estoy escribiendo, jóvenes, porque son fuertes, la palabra de Dios mora en ustedes y han vencido al maligno” (1 Juan 2:14).

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).

“Así, hermanos míos amados, estén firmes y constantes, abundando en la obra del Señor siempre, sabiendo que su trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58).

“Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti, porque mío es el mundo y su plenitud” (Salmo 50:12).

“Porque donde esté el tesoro de ustedes, allí estará también su corazón” (Mateo 6:21).

“Dios, levántate, defiende tu causa” (Salmo 74:22).

“Cambiaron la verdad de Dios en mentira, y adoraron y sirvieron a las criaturas antes que al Creador, que es bendito por los siglos. Amén” (Romanos 1:25).

“¿Adónde me iré de tu Espíritu? ¿Y adónde huiré de tu presencia? Si subiera a los cielos, allí estás tú; si en el sepulcro hiciera mi lecho, también estás allí” (Salmo 139:7, 8).

“No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes” (Juan 14:18).