El primer Papa y el Apóstol de los Gentiles. Dos hombres de carne y hueso, elegidos por Dios para una tarea sobrehumana. Con la Gracia de Dios, todos hemos de colaborar en la extensión del Evangelio por el mundo entero: en la familia, en la empresa, en la vida social.
Rezar por el Papa, y por todos nosotros, para que seamos buenos instrumentos en manos de Dios