«De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado,» (Daniel 9:9)
Daniel, ya de avanzada edad, se dio cuenta de que los 70 años del cautiverio en Babilonia profetizados por el profeta Jeremías se iban cumpliendo. En fe, se puso a orar, pidiendo que Dios perdonara al pueblo y los restaurara a su tierra según su promesa. Pero una gran parte de esta oración es la confesión de los pecados de su pueblo. Daniel reconoció que el pueblo de Dios se había rebelado, en algunos casos, ignorando, y en otros, directamente violado sus preceptos. Pero Daniel pide que Dios tenga misericordia de ellos y los perdone. Lo que me interesa es la base de esta petición. Daniel no pide misericordia y perdón porque piensa que lo merecen, sino que se basa en el carácter de Dios. Dice que es de Dios el tener misericordia y el perdonar. En otras palabras, nuestro Dios es un Dios de misericordia y de perdón. Son una parte de su carácter. Es muy importante que nosotros sepamos cómo es nuestro Dios. Significa que podemos siempre ir a Él en arrepentimiento y fe para encontrar misericordia, perdón y limpieza. Como leemos en 1 Juan 1:9, Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo en su perdón. Aunque hemos pecado contra su ley, Dios jamás guarda rencor contra un pecador arrepentido. Como nos enseñó Jesús, Dios se regocija cuando un pecador arrepentido viene a Él.
Así que no tenemos excusa. Vayamos al Señor en confesión sincera para que podamos andar en comunión con Él hoy. (David Bell)