Se sabe que la hipertensión arterial importante aumenta el riesgo de sufrir un episodio fatal en la edad media de la vida, aunque lo peor es sufrir un episodio no fatal a una edad temprana, como un accidente cerebrovascular. La hipertensión arterial acorta la expectativa de vida de las personas, de manera que su tratamiento tiene un doble objetivo; aunque no se logre modificar la mortalidad, al menos se debería reducir el tiempo de vida con enfermedad clínica, es decir, la morbilidad. En suma, el objetivo del tratamiento es lograr la reducción de la morbilidad y de la mortalidad cardiovascular.