Somos seres en recreación permanente, podemos ir moldeándonos para sacar la mejor versión de nosotros mismos o por el contrario tomar cualquier forma y deformarnos. Cada catequista es producto de muchas jornadas, retiros, cursos, celebraciones y tantos momentos que le fueron dando forma, un cumulo de recuerdos que se hacen memoria y modelan lo que soy.