Jairo, es un principal de una sinagoga que suplicaba urgentemente a Jesús, que viniera a su casa porque su pequeña hija de doce años de edad se estaba muriendo. Jesús fue con él, pero fue casi imposible moverse a causa de la multitud que les acompañaba. De pronto una mujer que angustiada por su enfermedad que sufría desde hacia doce años tocó el borde del manto de Jesús y fue sana. Jesús busca alrededor quién le había tocado con fe, la mujer sabiendo lo que en ella había sido hecho dijo a Jesús toda la verdad.
La conversación de Jesús con la mujer significó una demora para llegar a la casa de Jairo. ¿Podemos identificarnos con su angustia? Jairo, evidentemente aún no se daba por vencido. En ese momento recibe la noticia de que su hija ha fallecido (Marcos 5:35). Los hombres que llegaron a darle al principal de la sinagoga el aviso del fallecimiento de su hija le dicen también: ¿Para que molestas más al Maestro? Lo que ellos dicen es que Jesús no puede ayudar ahora, es el final «tu hija ha muerto» ¿En verdad es el fin? ¿Tiene la muerte la última palabra? Necesitamos tener fe en Jesús, él es Dios, el creador de todo. Si cremos en Jesús como Jairo, aprenderemos que la muerte no tiene la última palabra. Te invito a que ahora mismo escuches este mensaje. Es deseo y oración a Dios, que seas llenó de fe y esperanza en Jesúscristo el hijo de Dios, y recibas en Él la vida eterna en obediencia a su palabra.