Estrés y ansiedad: la ardilla interior que no para de moverse para que no sientas lo que de verdad duele.
¿Eres de los que nunca paran? Siempre ocupado, siempre haciendo. Esa hiperactividad no es productividad: es huida. Es la ardilla interior que te impide sentir. Detrás de tanta acción se esconden emociones no resueltas. Aquí ponemos el dedo en la llaga: tu mente corre para no escuchar lo que tu alma pide a gritos.
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