El castigo es necesario. Sólo a través de él aprendemos a crecer, a madurar y andar en integridad. No obstante, aún en medio del castigo, Dios nos extiende Su misericordia. Su castigo también es una muestra de Su misericordia.
El castigo es necesario. Sólo a través de él aprendemos a crecer, a madurar y andar en integridad. No obstante, aún en medio del castigo, Dios nos extiende Su misericordia. Su castigo también es una muestra de Su misericordia.