Si algo tiene el pasivo es que se le pasa la vida y ni cuenta se da.
“4 No postergues el asunto, ¡hazlo enseguida! No descanses hasta haberlo realizado. 5 Sálvate como una gacela que escapa del cazador, como un pájaro que huye de la red. 6 Tú, holgazán, aprende una lección de las hormigas. ¡Aprende de lo que hacen y hazte sabio! 7 A pesar de que no tienen príncipe ni gobernador ni líder que las haga trabajar, 8 se esfuerzan todo el verano, juntando alimento para el invierno. 9 Pero tú, holgazán, ¿hasta cuándo seguirás durmiendo? ¿Cuándo despertarás? 10 Un rato más de sueño, una breve siesta, un pequeño descanso cruzado de brazos. 11 Entonces la pobreza te asaltará como un bandido; la escasez te atacará como un ladrón armado.”
Proverbios 6:4-11 NTV
Una persona que no lucha por lo que quiere es una persona que no sabe lo bello que es vivir una vida con propósito.
La lucha de cada día es lo que hace esta vida este llena de aventuras, asombros y retos.
La pasividad te hará decir “lo hago mañana” y sabemos que eso puede que nunca llegue. La pasividad puede que te convenza a “ahorita no tengo tiempo pero luego lucharé por mi sueño” y adivina que, ese sueño lleva años empolvado guardado en un cajón.
La gente que llega a ser admirada no es admirada por pasiva, es admirada por tomar acción cuando muchos se quedaban solo viendo.
El espectador siempre tendrá el mejor lugar para ver la película, pero solo el protagonista tendrá la dicha de vivir la película.