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By Alejandra Holguín
The podcast currently has 2 episodes available.
Cada vez que aprendemos algo es como si hubieras desbloqueado uno de los superpoderes que tenías disponibles para ti pero no lo sabías. En este capítulo quise aprovechar la emoción que me dio desbloquear un nivel de habilidades importante para transmitirte un poquito de ese aprendizaje.
Quiero aclarar que este capítulo lo hice después de llegar de un curso de OffRoad que hice con Capital Riders y simplemente fue inevitable hablar de todas estas emociones. Ellos son una buena escuela, así como la Academia Motorrad y la Academia Internacional en Bogotá. Depende de la marca y el estilo de moto que tengas es el curso que debes elegir, pero si o si hay que hacer todos los cursos que se te ocurran para disfrutar más y más tu moto.
El camino a la emancipación o la libertad de la mujer comenzó con la creación de la bicicleta. Hoy tenemos la motocicleta para continuar con ese camino y seguir ejerciendo nuestro derecho a la libertad subidas en nuestras motocicletas.
“Cara de bicicleta”, un término usado para persuadir a las mujeres para que no aprendieran a montarse en las bicicletas y andarán solas. Era denominado una enfermedad ficticia utilizada por el sector médico en el siglo XIX para evitar que las mujeres montaran en bicicleta, en respuesta a la libertad sin precedentes que ganarían las mujeres pudiendo viajar solas fuera de sus hogares con la invención de la bicicleta.
“Rostro enrojecido, con labios más o menos demacrados, comienzo de ojeras oscuras y una expresión cansada…” eran las consecuencias a las que se enfrentaban las mujeres que anduvieran en bicicleta. Es decir, lo opuesto a la tierna y adorable mirada que los hombres esperaban de una mujer a finales del Siglo XIX.
Para algunos médicos, la enfermedad era permanente, mientras otros decían que tras una temporada sin montar en bici, la “cara de bicicleta” acababa por desaparecer.
Por eso hoy cuando los Talibanes tomaron el poder en Afganistan el 31 de Agosto de 2021 y una de las medidas que imponen aparte de todas las demás, que no son menos abominables, es la de que una mujer no puede ni andar en bicicleta y mucho menos en una moto. Eso me hizo pensar que ahora más que nunca debo disfrutar mi moto y sobre todo hablar de lo hermoso que es y se siente la libertad que la moto nos da a nosotras.
En la historia del feminismo se habla de la “Amenaza de la mujer móvil” donde cuentan que para la mujer en particular, la nueva movilidad de la bicicleta permitió ofrecer un movimiento mas libre en nuevas esferas, fuera de la familia y el hogar - llegando a nuevas libertades que las feministas celebran. La líder del sufragio y la templanza, Frances Willard, llamó a su bicicleta un “instrumento de poder”.
En 1896 otra líder de los derechos civiles en Norteamérica, Susan B Anthony, escribió:
“Creo que [la bicicleta] ha hecho más por emancipar a las mujeres que cualquier otra cosa en el mundo. Me alegro cada vez que veo a una mujer pasar en bicicleta. Le da un sentimiento de autosuficiencia e independencia en el momento en que toma asiento; y se va, la imagen de la feminidad sin trabas.”
Por todas estas declaraciones y las que otras sufragistas y feministas hicieron, tener una moto y viajar en ella para explorar el mundo es ser una declaración ambulante y por eso más mujeres se deberían animar a aprender a manejar moto, bicicleta o caballo y abrazar su independencia desde el disfrute que da la movilidad.
Por todo esto y más quiero crear este espacio para contarles mis historias y así también invitar a otras mujeres para que cuenten por qué para ellas es importante la moto.
A mí me salvó la vida y me ha ayudado a analizar la vida diariamente al punto que me di cuenta por qué las personas que confían en Dios ciegamente son tan felices. Y con una metáfora que salió de mi un día en la madrugada entendí que nosotros vemos cada curva, pero Dios ve toda la carretera.
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