Todo es posible si puedes creer, así que no camines en duda, sino con la seguridad de que Dios es quien abre puertas. ¡Prepárate, porque lo que Dios hará en tu vida es mayor de lo que imaginas!
No te enfoques en el tamaño del gigante, sino en el tamaño de tu Dios. Cuando rindes tu vida a Él, obedeces, crees y sometes tu mente a Cristo, todo cambia. Lo de Dios no se comprende con lógica humana, sino con fe y revelación.