Como hijas del Dios Altísimo, tenemos el privilegio de clamar a Él en todo momento. En medio de las circunstancias difíciles en esta vida, podemos clamar.

Cuando nos entregamos por completo al Señor en cada aspecto de nuestras vidas, viviendo bajo Su autoridad, experimentamos Su bendición y alegría.

El día de hoy veremos un doble encuentro con los filisteos y dos traslados del arca; reiterando así, la importancia de obedecer a Dios en cada batalla.

Hoy veremos la historia y la redención del pueblo de Dios en los Salmos 106-107. Desde la rebelión hasta la restauración.

El Salmo 133 es uno de los salmos del rey David que se enfoca en la bendición de la unidad fraternal entre hermanos.

Hoy veremos la espera paciente y la fidelidad a Dios. La tercera unción de David como rey nos recuerda el poder de confiar en las promesas divinas.

El salmista exalta y alaba a Dios por Su grandeza y misericordia. Lo alaba por Su compasión y perdón, recordando sus beneficios hacia Su pueblo.

¿Cómo vamos con esas genealogías? ¡Ánimo que hoy es la última! Además, veremos la coronación de David como rey, sobre todo Israel.

Estos salmos van desde la alabanza hasta la angustia, reconociendo la supremacía y el poder de Dios. En ellos se exalta y se alaba a Dios como Rey y Salvador.

1 Crónicas 6 destaca la dedicación de los levitas al servicio de Dios y su contribución a la vida religiosa de Israel.