Las mujeres somos una marca, una marca registrada. Registrada en corazón de nuestros hijos, en el alma de nuestras madres, en la conciencia de nuestros esposos, en la mente de nuestros clientes y colaboradores, y sobre todo una marca registrada en las estrategias de grandes empresas que día y noche diseñan productos y servicios exclusivos para nosotras. Hoy te recuerdo la historia de algunas que dejaron su huella en el mundo.