Murderabilia: Coleccionar o comprar objetos relacionados con asesinos en serie
El negocio de la muerte y la fascinación por los asesinos en serie ha creado una legión de fans.
Coleccionistas de objetos relacionados con estos sucesos trágicos.
Es lo que se conoce como murderabilia.
Una palabra formada de la contracción de ‘murder’ asesinato y el sufijo ‘abilia’- memoria, en latín.
Esta práctica va de recopilar todo lo relacionado con los asesinos en serie.
Los documentales, biopics y otras ficciones sobre estos casos inundan nuestras pantallas.
Algunos llegan a adorar a estas figuras macabras del crimen.
Los vendedores de murderabilia se justifican diciendo que si lo venden es porque hay demanda.
Lo malo de todo esto es que puede encumbrar a los asesinos y relegar a las víctimas al olvido.
Algunos dicen que este fenómeno de coleccionar cosas del mal tiene que ver con lo religioso.
Un recuerdo de la pulsión que late del pasado.
De las reliquias de los santos o del horrible eco de las ejecuciones públicas.
Antes, la multitud reclamaba el cuerpo del mártir y codiciaba el sudario sagrado.
Los coleccionistas de este tipo de objetos piensan que están impregnados, de alguna manera, de los atributos de los asesinos.
Por ejemplo, estos serían algunos de los objetos más caros comprados por los murderabilia:
Los sobres de BTK por 850 dólares, cada uno.
Un autógrafo de Albert Fish se vendió por 30.000 dólares.
Las fotos de los salvajes hermanos Ronnie y Reggie Kray.
La pistola Colb Cobra con la que Jack Ruby mató a Lee Harvey Oswald se vendió por 220.000 dólares.
Una tarjeta de navidad de Ted Bundy por 3.000 dólares.
Un mechón de pelo de Charles Manson costó 800 dólares.
Y los cuadros de John Wayne Gacy se han llegado a cotizar por hasta 175.000 dólares.
De momento, los artículos de Unabomber se llevan la palma en este mercado oscuro.
Han llegado a vender su sudadera, las gafas de sol, la sierra de madera, las cartas a su tía Frida y hasta su manifiesto.
Por cada objeto pagaron entre 20.000 y 23.000 dólares.
En cuanto al fenómeno de los groupies de estos asesinos sanguinarios, ciertos investigadores lo explican mediante un razonamiento antropológico.
Sería la consecuencia de una estrategia evolutiva anacrónica.
En nuestro pasado prehistórico, el ser más cruel y violento era valorado y dominaba el grupo.
Otros creen que estos seguidores buscan contactar con los asesinos porque piensan que pueden sanarlos y hacerlos cambiar.
Quizás busquen una conexión con el mal para sentirse más vivos en su monótona existencia.
Murderabilia, la religión moderna del crimen.
Reliquias oscuras para devotos del abismo.
Un mercado donde la muerte tiene precio y el morbo, compradores.
Coleccionistas del horror hecho fetiche.