Les juro que al ver su expresión sentí un terror inmenso, comencé a temblar y mi cuerpo se paralizó totalmente... La señora se acerca aún más y con la luz del carro pude notar que su tez era amarillenta, sin una pizca de color, su cara huesuda y con muchas ojeras.
Claramente era una difunta, un fantasma o como quieran llamarle, yo me volteé hacia el frente y desesperado intenté prender mi carro mientras que ella me repetía, "llévatelo, no lo dejes ahí me lo van a ...
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