En estos días, la Iglesia celebra que Cristo el Hijo del Padre, que asumió verdaderamente todo lo humano, quiere llegar hasta ese límite oscuro, frío e insoluble que es la tumba, para desde dentro de la alcaldesa soledad humana que es el sepulcro, vencer su oscuridad con la Luz de su Resurrección. Esa es la esperanza que celebra como cristianos: en Cristo , todo tiene salvación, incluso la muerte. Por eso, unidos a Cristo, sabemos que no hay tristeza, dolor, angustia, no hay "tumba" que el mar tan tan oscura como no verso iluminada por la Luz del Resucitado.