Una cosa es «nada es imposible» y otra «nada es demasiado difícil». «Nada es imposible para el que cree» es una verdad sostenible. "Nada es difícil para el creyente" no existe: es una mentira elaborada que se repite hasta mentalizarla con el fin de abrir caminos. La primera es una experiencia que depende de Dios. La Biblia habla de "casos difíciles "(Dan. 5:12), "muchas cosas difíciles de explicar" (Heb. 5:11), "ciertas cosas difíciles de entender"(2 Pe. 3:16), "días difíciles" (Job 30:25) y "tiempos difíciles"(2 Tim. 3:1).