Duérmete, mi niño,

ojitos de mar,

que cantos de cuna

te voy a cantar.

Duérmete, pequeño,

deja de llorar

que aquí está tu padre

y te va a cuidar.

Ya viene la luna

con trozos de pan,

pero al que no duerme

ninguno le da.

Duérmete, mi niño,

con este cantar,

cierra tus ojitos

y empieza a soñar.

Duérmete tranquilo,

duerme, duerme ya,

pues mira que el alba

no tarda en llegar.

Mi niño no quiere,

no quiere dormir,

le canto una nana,

le canto sin fin.

Tranquilo, mi niño,

no me llores más,

porque el universo

también llorará.

La luna y los astros

llorando ya están,

también las estrellas,

el cielo y el mar.

Mi niño, no quiere,

no quiere dormir,

el sueño no viene,

pero ha de venir.

El sueño ya viene

llegando hasta ti,

y cuando te llegue

dormirás al fin.

Mi niño ya duerme,

y el sueño llegó,

mi niño descansa,

y un beso le doy.

Mi niño ya duerme,

y el sueño llegó,

mi niño descansa,

y un beso le doy.

Duerme, mi angelito,

tan lindo se ve,

dormido sonríe,

sonrío también.

Sale el uno

buscando al dos,

que se queda en casa

enfermo de tos.

Sale el tres

buscando al cuatro,

que se queda en casa

con un solo zapato.

Sale el cinco

buscando al seis,

que se queda en casa

comiendo pastel.

Sale el siete

buscando al ocho,

que se queda en casa

horneando bizcochos.

Sale el nueve

buscando al diez,

que se queda dormido

con dolor de pies.

Uno, dos, tres

cuatro, cinco, seis,

siete, ocho, nueve

y empieza otra vez.

Dormite, mi niña,

princesa adorada,

ya dulces estrellas

adornan tu almohada.

Dormite, mi niña,

dientitos de plata,

los búhos y grillos

te dan serenata.

Dormite, mi niña,

ojitos de gata,

la noche y el viento

hicieron tu cama.

Dormite, mi niña,

carita de hada,

mil duendes traviesos

bailan y saltan.

Dormite, mi niña,

pequeña y amada,

la Luna ya duerme

en nubes muy blancas.

Dormite, mi niña,

niñita adorada,

y mientras te duermes

tu mami te canta.

Al despertar, cantaremos.

Yo te haré muchas cosquillas,

sonreirás feliz en mis brazos

y besaré tus mejillas.

Mi bebé de algodón,

mi bebé de caramelo,

eres mi dulce de leche

y mi regalo del cielo.

Al fin,abriste tusojos,

mi bebé madrugador.

Es hora de un rico baño

con agua, toalla y jabón.

Con muchísimos juguetes,

te enseñaré colores:

azul, amarillo y rojo

se parecen a las flores.

Mientras que verde y violeta

nos traen mucha alegría.

Cada color es hermoso,

si se usa en armonía.

Mientras que verde y violeta

nos traen mucha alegría.

Cada color es hermoso,

si se usa en armonía,

si se usa en armonía.

La cuchara es un avión

que aterriza en tu boquita.

Nuestra pista es el plato.

¡Ya sale otra navecita!

Bocadito a bocadito

va llenando tu pancita,

y si te cae una migaja

ya lo limpia tu mamita.

Viene de nuevo el avión,

pero no tiene partida

porque nuestro capitán

ya acabó con su comida.

¡Qué rica estuvo la cena!

Después de tomar sopita,

te coloco en mi hombro

y te doy dos palmaditas.

Viene de nuevo el avión,

pero no tiene partida

porque nuestro capitán

ya acabó con su comida.

¡Qué rica estuvo la cena!

Después de tomar sopita,

te coloco en mi hombro

y te doy dos palmaditas.

Quéternura que me embarga

cada que me ves partir,

se entristecen tus ojitos

y ellos no saben mentir.

Voy con rumbo a mi trabajo,

pero pronto estaré aquí

con un juguete y un libro

hecho con flores de abril.

Quéternura que me embarga

cada que me ves partir,

se entristecen tus ojitos

y ellos no saben mentir.

Voy con rumbo a mi trabajo,

pero pronto estaré aquí

con un juguete y un libro

hecho con flores de abril.

¡Qué emoción! Ya estoy de vuelta,

mi pequeño querubín,

acomódate en mis brazos

que son rosas para ti.

Cuando supe que vendrías,

se alegró mi corazón.

¿Será un niño, una niña?

Será el fruto de un amor.

Desde el fondo de mi alma,

anhelaba mi corazón,

que nacieras saludable

y crecieras con amor.

Unos meses adelante

me asomaba a tu pared,

aún no podías verme

ni yo te podía ver.

Cuando supe que vendrías,

se alegró mi corazón.

¿Será un niño, una niña?

Será el fruto de un amor.

Sin embargo, te llevaba

cucharaditas de miel

con palabras chiquititas,

pero inmensas a la vez.

Y dirían que estaba loca

y yo decía: ¿quién no?

Si la semilla que adoro

es el fruto de un amor.

Cuando supe que vendrías,

se alegró mi corazón.

¿Será un niño, una niña?

Será el fruto de un amor.

(bis)