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Natalia Ponce de León se convirtió en una de las 63 víctimas de ataques con ácido en Colombia durante el 2014, en un caso que conmovió al país. Su agresor, Jonathan Vega, un vecino obsesionado con ella, planeó meticulosamente el ataque durante 4 meses tras ser rechazado, gastando apenas 10 mil pesos en el ácido según una factura encontrada por las autoridades.
El cruel ataque ocurrió el 27 de marzo a las 5:30pm, cuando Vega la esperó en el lobby de su edificio y en sólo 12 segundos le arrojó 1 litro de ácido en la cara en dos rápidos movimientos. Natalia vivió un calvario en su angustioso viaje de 30 minutos al hospital, con su piel desprendiéndose por las severas quemaduras. Pasó 45 minutos bajo una ducha fría intentando remover el ácido y aliviar el insoportable ardor.
Mientras la policía trabajaba intensamente durante 8 días para identificar al agresor, ofreciendo una recompensa de 75 millones de pesos, Natalia luchaba por su vida hospitalizada durante 64 días con gran parte de su rostro y cuerpo quemados. Cada 48 horas debían remover dolorosamente la piel muerta impregnada de ácido. Pasó 1 mes y 3 semanas en el hospital Simón Bolívar recibiendo injertos de piel.
Una semana después del ataque, el 4 de abril, Jonathan Vega fue capturado y posteriormente condenado a casi 22 años de prisión por tentativa de homicidio agravado. En los siguientes 2 años, Natalia se sometió a 37 cirugías reconstructivas, enfrentando la muerte en 2 ocasiones.
A pesar de la tragedia, recibió un abrumador apoyo a través de conmovedoras cartas y una página de Facebook con más de 45 mil seguidores. Su valiente lucha se convirtió en un símbolo contra esta atroz violencia e impulsó cambios legales como la Ley de Víctimas de Ataques con Ácido y programas de apoyo para los sobrevivientes.
Natalia Ponce de León se convirtió en una de las 63 víctimas de ataques con ácido en Colombia durante el 2014, en un caso que conmovió al país. Su agresor, Jonathan Vega, un vecino obsesionado con ella, planeó meticulosamente el ataque durante 4 meses tras ser rechazado, gastando apenas 10 mil pesos en el ácido según una factura encontrada por las autoridades.
El cruel ataque ocurrió el 27 de marzo a las 5:30pm, cuando Vega la esperó en el lobby de su edificio y en sólo 12 segundos le arrojó 1 litro de ácido en la cara en dos rápidos movimientos. Natalia vivió un calvario en su angustioso viaje de 30 minutos al hospital, con su piel desprendiéndose por las severas quemaduras. Pasó 45 minutos bajo una ducha fría intentando remover el ácido y aliviar el insoportable ardor.
Mientras la policía trabajaba intensamente durante 8 días para identificar al agresor, ofreciendo una recompensa de 75 millones de pesos, Natalia luchaba por su vida hospitalizada durante 64 días con gran parte de su rostro y cuerpo quemados. Cada 48 horas debían remover dolorosamente la piel muerta impregnada de ácido. Pasó 1 mes y 3 semanas en el hospital Simón Bolívar recibiendo injertos de piel.
Una semana después del ataque, el 4 de abril, Jonathan Vega fue capturado y posteriormente condenado a casi 22 años de prisión por tentativa de homicidio agravado. En los siguientes 2 años, Natalia se sometió a 37 cirugías reconstructivas, enfrentando la muerte en 2 ocasiones.
A pesar de la tragedia, recibió un abrumador apoyo a través de conmovedoras cartas y una página de Facebook con más de 45 mil seguidores. Su valiente lucha se convirtió en un símbolo contra esta atroz violencia e impulsó cambios legales como la Ley de Víctimas de Ataques con Ácido y programas de apoyo para los sobrevivientes.