La ofrenda de animales, los sacrificios presentados en altar, como sustitutos de los hombres y mujeres que eran culpables del pecado, se terminó, JesuCristo se presenta como la solución al pecado del hombre. Por ello, el Señor es Coronado rey de reyes y Señor de Señores, porque derramó su sangre, por las salvación de muchos.