Estrellando el tiempo contra las paredes de mi mente

busco como el que nunca quiere un accidente.

El valor, la ruta y el sentido de mi cuerpo celeste,

que cansado de venderse y prostituirse

ahora combate con fuerza abundante.

Mande llamar al gran comerciante de sueños

para negociar los cielos etéreos que manda,

por un despertar donde libere mi vista amarrada,

que con mucho afán renuncio y busco con desvelos.

Inmole maldades.

Perfeccione virtudes.

Mande traer al usurero de la vida,

para morderle el cuello de la razón,

apuñalar la sonrisa oculta de la experiencia

y abrigarlo de pasiones de hombre.

Inmole virtudes.

Invente maldades.

Soy el silencio que se estrello

con el deseo.

Altas frecuencia turbaron a los iniciadores,

que prefirieron abortarme.

pensando que moriría

fui creciendo en ellos

y ellos en mí.