Este libro, como todas las cosas, vino a la existencia por un pensamiento. Neville nos dejó el 1 de Octubre de 1972 y, desde entonces, yo he dedicado muchas horas transcribiendo las cientos de cintas que tengo en sus lecturas. Neville explicó que el arca de la vida contiene y puede ser entendido en tres niveles: el literal, el psicológico y el espiritual. Las lecturas que están disponibles tratan principalmente del espiritual. De cualquier forma, para aquellos que están ahora escuchando sus palabras en cintas y leyendo sus lecturas, y no lo escucharon hablar del segundo (o psicológico) nivel, yo tuve la necesidad de proveer ese plano psicológico como una fundación para el más alto, el nivel espiritual.
Y entonces, el pensamiento fue plantado en mi mente. ¿Y si hubieran algunas lecturas que enseñaran este principio en un nivel práctico? No sería maravilloso si esas series pudieran ser encontradas y se hicieran disponibles para aquellos que lo desean? Y entonces un día recibí una carta de una amable mujer en San Francisco que decía que se mudaba a una casa de retiro y quería enviarme algunas notas que tenía de la serie de lecturas de Neville en San Francisco en 1952.
Esas notas constituyen este libro. Tuve un pensamiento. No sería maravilloso si… Y actué en base a el sintiendo la emoción de la terminación del pensamiento. Nunca conocí a la señora, o escuché de ella desde que recibí las notas, pero probé, una vez mas, que la imaginación (pensamiento) se cumple a sí mismo. La prueba viviente es en tus manos. Ahora, déjame decirte un poco sobre mí. Nacida y criada en un pequeño pueblo en Kansas, me mudé a California en 1942 como buena protestante.
Pero tenía un hambre que ninguna religión organizada podía satisfacer, así que fui a la deriva de una creencia a otra, buscando sin encontrar aún lo que estaba buscando, posiblemente porque no sabía lo que era. Luego, un día escuché a un hombre llamado Neville, y supe que, aunque mi yo externo no entendía sus palabras, mi ser interno estaba cantando el coro de Hallelujah, por haber encontrado la causa de toda la vida… que mi pensamiento, mezclado con sentimiento, era un acto imaginario que creaba los hechos en mi mundo.
Recuerdo que la primera noche permanecí en la cama y me atreví a proclamar, YO SOY Dios. Temerosa de que el techo me cayera encima, rápidamente cubrí mi cabeza –solo en una ocasión. Y cuando nada sucedió, junté más coraje y me dispuse a probar por mi misma que la imaginación puede crear la realidad. Yo no creí que pudiera, y quise probar que Neville estaba equivocado. Ya era 1964 y aun no había tenido éxito. Ninguno de mis actos imaginarios había tenido frutos, pero sé ahora que la culpa no está en la enseñanza, sino en mi confianza en mi misma. Y, mientras fui creciendo en mi confianza y fe en lo que había imaginado, gané confianza en mi propia maravillosa imaginación humana.......
