A los jóvenes se nos presiona para elegir un camino cuando no tenemos ni idea de qué nos gusta, qué nos hace vibrar y esas cosas que suelen preguntarnos. Yo me sentí así cuando me tocó elegir qué hacer con 17 años y me sigo sintiendo así a pesar de haber tomado alguna que otra decisión importante, por eso escribo esto, y no hablo de ello como algo malo, me encanta vivir en tantos mundos aunque no viva realmente en ninguno.