En la música de Nídia
están impresas las inquietudes de una artista consciente de quién es y dónde se
encuentra: esta portuguesa creció en Vale da Amoreira (cerca de la costa, al
sur de Lisboa), con sangre de Cabo Verde y Guinea-Bisáu, con 14 años se mudó a
Burdeos (Francia) y hace un tiempo regresó a la capital portuguesa.
Las percusiones africanas,
la escena underground de baile y géneros como el kuduro angoleño, la batida (el
sonido de la diáspora africana en Portugal) y el baile sensual de la tarraxinha
se mezclan sin prejuicios en sus canciones. Nídia forma parte del sello
lisboeta Príncipe Discos, un escaparate ideal para acercarse al circuito
subterráneo de productores de la capital portuguesa con nombres como DJ Nigga
Fox, Niagara y DJ Firmeza.
Este disco es su trabajo
más maduro y contemplativo, en el que la artista deja atrás su alter ego como
Nídia Minaj (en honor a la rapera trinitense Nicki Minaj) y experimenta con el
hip hop alternativo (en los tres cortes que llevan la palabra “rap” en el título),
la escena grime y el techno más inhóspito vía Oneohtrix Point Never. El
resultado es una deliciosa masacre sonora, una invitación a bailar en una
galaxia habitada por seres superiores.
José Fajardo