La persistencia es una virtud que cada día se va perdiendo. Muchos renuncian, ya sea a metas alcanzables fácilmente, o a cosas trascendentales como las familia, un sueño o un propósito. Dios nos dice que él está con nosotros todos los días, ¡Él está contigo ahora, estuvo cuando empezaste, y está en la meta esperándote! No abandones, ¡Cobra ánimo y prosigue en la carrera!