Hijo de una familia viñamarina, Gabriel Parra tocó percusiones desde niño. Con sus hermanos mayores formó en 1963 el conjunto escolar The High Bass, germen de una historia grande en la música chilena: la historia de Los Jaivas.
Allí alcanzó su estatus de baterista de rock, de los grandes a nivel mundial. Inquieto, creativo y entusiasta, fue motor fundamental de la actividad del grupo. En 1988, cuando tenía 40 años, un accidente automovilístico en Perú le significó la muerte.
Cada 25 de julio, en el aniversario de su nacimiento, se celebra el Día del Baterista y Percusionista Chileno. Su historia No Morirá Jamás.