Había un mosquito muy pequeño… bueno, el cuento está escrito por el hombre, así que lo llama pequeño. En realidad, era el más grande de entre los mosquitos. ¡Es más, era el rey de los mosquitos! Algunos mosquitos vivían en la montaña de caca, otros en los arboles, otros en varios otros lugares pero surgió problema entre ellos de dónde debería vivir su rey. Por lo que decidieron que la oreja de un elefante sería el lugar correcto para su residencia.
Ahora todos fueron a donde su rey y le pidieron que fuera y se quedara en la oreja del elefante, que para ellos, era el lugar más digno para su monarca. El rey se acerco a la oreja del elefante y proclamo: “Escucha O Bestia! Yo, el rey de los mosquitos he decidido honorarte condescendiendo para hacer tu oreja mi morada!” Tres veces hizo esta proclamación pues no era considerado apropiado ocupar un lugar dentro de alguien sin siquiera informársele.
El elefante se mantuvo silencioso. El mosquito pensó, “El silencio es aceptación, y por tanto el elefante está silente.”
Se quedo muchos años ahí. Volaba para dentro y para fuera; crió sus hijos ahí y su familia incremento considerablemente. A pesar de todo esto, había suficiente lugar incluso para entretener visita. Hasta que los mosquitos decidieron encontrar otro lugar para su rey.
Antes de irse, el mosquito se postró nuevamente ante la oreja del elefante y dijo, “Escucha O Bestia! Yo el rey de los mosquitos, he adornado agraciadamente tu oreja al convertirla en mi residencia real. Ahora me voy!” Pero no hubo ni un sonido del elefante. ¿Debería tomar este silencio como una señal de aceptación, incluso ahora? Esto era un tanto difícil y degradante. Pero quizás el elefante no lo había escuchado, puesto que no dice ni si ni no! El mosquito llamo cada vez más alto. Hasta que al final una voz muy tenue alcanzó ser escuchado por el elefante - “Yo, el rey de los mosquitos, con gran compasión me he quedado en tu oreja. Puedes escucharme o no?”
El elefante respondió: “Con mis respetos señor, yo no sé cuando tu llegaste. Cuanto tiempo te has quedado, no lo sé. Ven y quédate, haz lo que tú quieras, no tengo ni el menor conocimiento de ello”.
El rey de los Mosquitos y El Elefante es un extracto de: “Osho: El Sendero del Tao” Discurso sobre Lao Tzu, Volumen I, Capítulo 1
Los derechos de autor de las palabras de Osho pertenecen a la fundacional Internacional de Osho en Suiza.
La música, la narración y la grabación de los relatos fueron realizados por Jaime Osvaldo
Arte Conceptual: Lucía Castro
@lucia.ic
Narración de Créditos: Carlo Herrchen
@carloherrchen
Diseño de Carátulas de Episodios: Nohely Floritza Barahona
@nofloba