Muchos de nosotros invertimos una cantidad excesiva de tiempo y energía intentando dar forma a la percepción que los demás tienen de nosotros. Curamos nuestros perfiles en redes sociales, ensayamos conversaciones y, a menudo, modificamos nuestro comportamiento en la búsqueda de aprobación o aceptación. Sin embargo, esta búsqueda se asemeja a perseguir sombras. Los pensamientos y sentimientos de las personas se filtran a través de sus propias experiencias, sesgos y estados emocionales, elementos que están más allá de nuestro control.