El horario laboral de ocho horas, cinco días a la semana en EE.UU. se estableció después de la Segunda Guerra Mundial, tras una serie de cambios políticos, sindicales y empresariales. Antes, los trabajadores solían laborar más de 70 horas semanales. Innovaciones como la jornada de seis horas de Kellogg en la Gran Depresión no perduraron, y en 1938 la Ley de Normas Laborales Justas consolidó la semana laboral de 40 horas.
Hoy, tras la pandemia, los Millennials y la Generación Z cuestionan el equilibrio entre tiempo y trabajo. En México, se propone abrir escuelas los fines de semana para ofrecer más oportunidades educativas y apoyar a las familias.