NutriNovelas

La enseñanza es un oficio, dirán algunos, “desagradecido”. Pero más allá de las buenas o malas experiencias, hay algunas que resultan dolorosas. Estas 3 últimas historias hablan de estereotipos, estigmas sociales y amenazas.

Se aprende estudiando y de la experiencia. Esta última, un poco a la fuerza y muchas veces haciéndonos con el tiempo sabios, y desconfiados.

Caí en cuenta del problema tan grande en el que está metida la educación gracias a mi amor por el deporte, una entrevista, una hoja de vida inflada, la ausencia de ética y bueno, falsas promesas.

Soy de las que percibe el mundo a partir de buenas impresiones y un hotel puede ser la carta de presentación de un país. Mi participación en Congresos me ha permitido vivir buenas y malas experiencias. Algunas hasta chistosas, otras digamos que reflexivas.

Hoy recuerdo dos momentos que me pusieron a prueba como profesional. El primero, una situación en la que la ética brilló por su ausencia. Y el segundo, un caso de plagio descarado.

Gracias a una colega y su esposo, alguien completamente desconocido para mí, desde hace 4 años cuento con una fiel compañera que me acompaña a todas partes. Su llegada ha sido toda una alegría, solo apreciada por sus hermanitos peludos que ya están en el cielo.

Soy una conchuda y quienes me quieren se ríen y nos reímos de eso. Esta es la historia de cómo lo fuí con alguien que fue muy especial en mi vida.

El fin de una saga, una dolorosa, incómoda y frustrante. Cada paso que damos para crecer nos hace enfrentarnos con momentos que de alguna forma nos ponen a prueba y definen nuestro carácter.

A medida que creces a nivel profesional y personal, los retos se vuelven más difíciles. Mi amor por la academia y confianza en mi trabajo me trajeron a la realidad en un momento donde fue inevitable no sentirme desilusionada por el gremio al que pertenezco.

Esta es la primera entrega de una serie de 3 episodios, en los cuales cuento diferentes momentos de mi vida donde fui víctima de acoso.