El musico castrense cristiano atrae, moviliza a sus hermanos de armas por medio de la belleza de la música hacia Dios, deseando que el creador ocupe el centro de la propia vida. Y ayuda a despertar con fuerza en los corazones de sus camaradas decididos sentimientos de servicio y entrega en aras de la defensa y seguridad de sus conciudadanos, en los cuales cristo habita como en un templo, y ello hasta dar la propia sangre si fuera necesario.