Palabra de Dios: “Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová. Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto. 

Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco. Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo.” Éxodo 14:10-18

Perlas: “¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo.” Wow!!! Muchas veces en la vida, muchos de nosotros nos hemos encontrado atrapados entre el faraón con todo su ejército, y un inmenso mar, y para rematar, ¡No sabemos nadar!!  Esta situación simboliza a aquellas donde nos sentimos sin salida, derrotados y sin esperanza. Son momentos muy, muy difíciles, pero lo único bueno de esos momentos es que nos llevan a mirar HACIA ARRIBA. Me impacta mucho lo que leímos de Moisés y el pueblo. ¡Cómo nos parecemos! Tenemos miedo, nos quejamos, se nos olvidan los milagros que hemos visto, y la fidelidad de Dios, y solo pensamos en el poder del faraón, en sus amenazas, y en el mar profundo del otro lado; solo pensamos en todo lo malo que está pasando y en las tantas otras cosas terribles que pudieran ocurrir. Hasta que volvemos en sí y recordamos que tenemos un Dios que todo lo puede, y que ha sido fiel en tantos otros momentos de nuestra vida.

Y tal vez muchos pasamos de la queja al clamor, y comenzamos en esos momentos a clamar a Dios que nos libere…pero ¿Qué le dijo Dios a Moisés? Dijo, “no, no clames. Dile a los hijos de Israel que REANUDEN LA MARCHA, y tú Moisés, ALZA TU VARA Y DIVIDE EL MAR EN DOS!!!!!” Esta experiencia contiene un mensaje muy poderoso para nosotros hoy, en el año 2023: No sirve para nada quejarse, y no es suficiente clamar al cielo; hay una parte que nos toca a nosotros. NO nos podemos quedar quejándonos, ni lamentándonos, ni peleando con Dios, por supuesto, pero tampoco nos podemos quedar únicamente orando y clamando… tenemos que VOLVER A MARCHAR. Tenemos que volver a creer y a confiar, y por consiguiente, poner la fe en acción, en marcha, y avanzar.

Tenemos que MIRAR HACIA ARRIBA, con LA CABEZA EN EL CIELO, pero CON LOS PIES EN LA TIERRA MARCHANDO, AVANZANDO HACIA ADELANTE. Tenemos que tomar la decisión de accionar en fe, darle vida a la fe y ponerla en acción. Para Moisés eso significó levantar la vara y dividir el mar en dos. Para el pueblo significó volver a marchar y atravesar el mar.  Allí entonces Dios abrió el mar en dos, e hizo un camino donde no había. Pero tanto Moisés como el pueblo hicieron más que simplemente clamar al cielo: Ellos clamaron y marcharon.

Cada vez que estemos entre el faraón y el mar rojo, tenemos que entender que es un momento clave para que se abra un camino que no existía. En momentos así estamos a las puertas de un gran milagro, de algo sobrenatural que Dios está planeando hacer. Por eso tenemos que REANUDAR LA MARCHA.