Palabra de Dios: “Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres y sus hijos. Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión; y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros.” 2 Crónicas 20:13-17

Perlas: ¡Qué poderosa es la unidad en oración! Dios sonríe y Su corazón es movido. Dios respondió, dio instrucciones exactas, les dio ánimo, aliento y les prometió, les anunció que ya les había dado la victoria sobre sus enemigos.

Les dijo muchas instrucciones importantes, les dio las armas para la victoria:

Reto del día: Instrucciones muy exactas. Piensa por un momento en ellas. Haz el ejercicio de traducirlas a tus circunstancias. 

¿Cuál es esa “multitud tan grande” que viene contra ti, que amenaza con destruirte y que es mucho más poderosa que tú? El Señor te dice que no temas y que entiendas que la guerra es de Él.

¿Qué significa en tu vida ir al campo de batalla?

¿Qué significa, en medio de la guerra en la que estás, la instrucción de parar, estar quieto y ver al Señor pelear por ti?

Oración: Padre amado, sé que estás hablando a mi corazón. Gracias por Tu Palabra que contiene todo lo que necesito. Gracias porque eres un Dios de guerra y un Dios Victorioso en batalla. Nunca has perdido una batalla. Nunca mientes. Nunca abandonas. Siempre haces lo que dices que vas a hacer. Gracias porque Tú estás al control de todo. Gracias porque puedo escoger no temer aunque la multitud y la amenaza sean grandes. Gracias porque me llevas a enfrentar lo que tengo que enfrentar, pero la guerra no es mía, es Tuya. Gracias porque puedo estar en medio de la guerra, quieto, con mis ojos puestos en Ti, y observando mientras haces lo que solo Tú puedes hacer, mientras peleas por mí, mientras vences lo que yo no puedo vencer porque es más poderoso que yo, pero no más poderoso que Tú. Hoy escojo seguir Tus instrucciones para la guerra y la victoria: Buscar Tu consejo, orar, pedir oración, recordar los milagros que te he visto hacer, mantener mis ojos en Ti, no temer, ir al campo de batalla, quedarme quieto y ver Tu salvación y Tu victoria. Amén.