Palabra de Dios: “Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.  Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.” Efesios 5:21:33

“Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.” Colosenses 20:21

“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.” Efesios 6:1-3 

Perlas: Trae el Cielo a tu Casa…abre las puertas y que venga Su Reino, Su Gobierno a tu casa. Acabamos de leer aspectos fundamentales del Reino de los cielos: Amor y respeto. Son palabras muy claras, basta tener oídos que quieran oír lo que el cielo está diciendo. No es necesario hacer estudios teológicos para descifrar cuál es el mensaje que el Señor está entregando aquí. Sin embargo, me atrevería a decir que estas instrucciones de la Palabra (leyes del Reino de los cielos), junto con el mandamiento de perdonar (que también es clarísimo), son unos de los más controversiales y de los menos acatados. Y después nos preguntamos: ¿Por qué no tengo paz? ¿Por qué mi matrimonio no funciona? ¿Por qué mis hijos no me escuchan, o no me toleran, o no me honran? ¿Por qué mi proyecto llamado “familia” fracasó? 

La gran mayoría de las veces, si le preguntáramos al Señor, Su respuesta tendría que ver con el incumplimiento del “Manual de Instrucciones” que Él nos dejó para que nos fuera bien en nuestro paso por esta tierra. Cada vez que tomamos el control y creemos que podemos decidir cuándo y en qué obedecemos a Dios, y además pensamos que nos va a ir bien, siempre habrá dolor. Si los padres, por ignorancia o por rebeldía, no siguieron las instrucciones del Señor, tanto ellos como sus hijos sufrieron las consecuencias…las consecuencias de pretender hacer funcionar algo desechando las instrucciones del creador y diseñador. Y entonces esos hijos heridos, crecerán para formar familias a las que también herirán…¿Hasta cuándo? Hasta que haya uno que diga Sí, uno que se rinda, uno que abra la puerta y que comience a orar para que el Reino de los cielos se establezca en su vida y en su casa.

Las leyes del Reino de los cielos para la familia: Los esposos deben amar a sus esposas como Cristo amó a la iglesia. Las esposas deben respetar a sus esposos y someterse bajo la autoridad de ellos, mientras ellos se someten a Cristo. Los padres educando a sus hijos con amor y disciplina, y respetándolos. Los hijos deben honrar a sus padres para que les vaya bien y tengan larga vida. Ese es el cuadro. Un diseño perfecto de Dios que solo funciona cuando Su Reino entre y se establece en la casa y en cada miembro de la familia. Un diseño de relaciones fundamentadas en el amor y en respeto.