
Sign up to save your podcasts
Or
Palabra de Dios: “ No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.” Juan 17:15-23
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.” Santiago 1:22-25
Perlas: Esta es una enseñanza muy clara y muy sencilla. No somos del mundo, pero estamos en el mundo con un propósito: que el mundo lo conozca a Él. Y la única manera de que esto pueda ocurrir es, si somos hacedores de Su Palabra; es decir, cuando nuestra vida lleve el mensaje vivo de Jesús, cuando la gente pueda ver que es real, y no únicamente vanas palabras, ellos podrán creer. Jesús oró al Padre no solo por sus discípulos, sino también por los que habrían de creer, por la palabra de ellos.
Para que la palabra de ellos tuviera poder para impactar a otros, esta palabra tenía que estar respaldada por un testimonio de vida real. Jesús hizo un gran énfasis en la unidad entre ellos, y en que fueran uno como Él y el Padre eran uno. Para que un grupo de personas puedan llegar a la unidad, se requieren muchos milagros: 1. Intervención divina en cada corazón2. Humildad 3. No puede haber egoísmos ni agendas personales 4. No puede haber competencia, ni envidias, ni celos 5. No hay lugar para el odio, ni el resentimiento, ni los juiciosCuando el enfoque de cada persona, no es únicamente conocer la Palabra de Dios, sino llevarla a su vida diaria, sus palabras tendrán peso del cielo, y la vida de esa persona será usada por Dios para que aquellos que no creen, crean. En contraste, los que son oidores olvidadizos, son usados por el enemigo para que la gente no crea, se decepcione cada vez más de la “iglesia”, y se aleje de Dios.
Hace muchos años, en una enseñanza, el pastor Mike Brown dijo unas palabras que jamás olvidaré, y creo que sirven en este momento para resumir el mensaje de esta mañana: “Si no respeto tu caminar, no voy a escuchar lo que tienes que decir”.
Punto. Si el estilo de vida de una persona no concuerda con lo que pretende enseñarle o “imponerle” a otros, no tendrá ninguna credibilidad, nadie lo seguirá por mucho tiempo, y el único resultado que obtendrá será que las personas se alejen de él/ella (comenzando por su propia familia) y muy posiblemente de Dios también. No hay nada que hiera más a los hijos que ver la incoherencia de los padres; ver cómo son unos en la iglesia, en reuniones familiares o sociales, y son completamente otros cuando ya están solos en sus cuatro paredes.
5
1010 ratings
Palabra de Dios: “ No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.” Juan 17:15-23
“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace.” Santiago 1:22-25
Perlas: Esta es una enseñanza muy clara y muy sencilla. No somos del mundo, pero estamos en el mundo con un propósito: que el mundo lo conozca a Él. Y la única manera de que esto pueda ocurrir es, si somos hacedores de Su Palabra; es decir, cuando nuestra vida lleve el mensaje vivo de Jesús, cuando la gente pueda ver que es real, y no únicamente vanas palabras, ellos podrán creer. Jesús oró al Padre no solo por sus discípulos, sino también por los que habrían de creer, por la palabra de ellos.
Para que la palabra de ellos tuviera poder para impactar a otros, esta palabra tenía que estar respaldada por un testimonio de vida real. Jesús hizo un gran énfasis en la unidad entre ellos, y en que fueran uno como Él y el Padre eran uno. Para que un grupo de personas puedan llegar a la unidad, se requieren muchos milagros: 1. Intervención divina en cada corazón2. Humildad 3. No puede haber egoísmos ni agendas personales 4. No puede haber competencia, ni envidias, ni celos 5. No hay lugar para el odio, ni el resentimiento, ni los juiciosCuando el enfoque de cada persona, no es únicamente conocer la Palabra de Dios, sino llevarla a su vida diaria, sus palabras tendrán peso del cielo, y la vida de esa persona será usada por Dios para que aquellos que no creen, crean. En contraste, los que son oidores olvidadizos, son usados por el enemigo para que la gente no crea, se decepcione cada vez más de la “iglesia”, y se aleje de Dios.
Hace muchos años, en una enseñanza, el pastor Mike Brown dijo unas palabras que jamás olvidaré, y creo que sirven en este momento para resumir el mensaje de esta mañana: “Si no respeto tu caminar, no voy a escuchar lo que tienes que decir”.
Punto. Si el estilo de vida de una persona no concuerda con lo que pretende enseñarle o “imponerle” a otros, no tendrá ninguna credibilidad, nadie lo seguirá por mucho tiempo, y el único resultado que obtendrá será que las personas se alejen de él/ella (comenzando por su propia familia) y muy posiblemente de Dios también. No hay nada que hiera más a los hijos que ver la incoherencia de los padres; ver cómo son unos en la iglesia, en reuniones familiares o sociales, y son completamente otros cuando ya están solos en sus cuatro paredes.
1,362 Listeners
488 Listeners
1 Listeners
81 Listeners
1 Listeners